El Tratado de la Unión Europea (TUE), firmado en Maastricht el 7 de febrero de 1992, entró en vigor el 1 de noviembre de 1993. Este Tratado es el resultado de elementos externos e internos. A nivel externo, el hundimiento del comunismo en Europa del Este y la perspectiva de la reunificación alemana dieron lugar al compromiso de reforzar la posición internacional de la Comunidad. A nivel interno, los Estados miembros deseaban prolongar los progresos realizados por el Acta Única Europea a través de otras reformas.
Con el Tratado de Maastricht, el objetivo económico original de la Comunidad, es decir, la realización de un mercado común, queda ampliamente superado y la vocación política claramente expresada. En este marco, el Tratado de Maastricht responde a cinco objetivos esenciales:
- Refuerzo de la legitimidad democrática de las instituciones
- Mejora de la eficacia de las instituciones
- Instauración de una unión económica y monetaria (UEM). Se daban las pautas a seguir por los países miembros para la adopción del euro como su moneda.
- Desarrollo de la dimensión social de la Comunidad
- Institución de una política exterior y de seguridad común
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